
A pesar de los avances en videovigilancia, analítica e inteligencia artificial, la detección de intrusos sigue siendo uno de los elementos más importantes, y a veces menos comprendidos, de los sistemas de seguridad modernos. En un entorno donde las amenazas cambian constantemente y los ataques son cada vez más sofisticados, entender cómo y por qué se producen las intrusiones es esencial para diseñar sistemas capaces no solo de reaccionar, sino también de anticiparse a los riesgos.
