Optex rural theft card

Aunque, por lo general, el índice de criminalidad es más elevado en las áreas urbanas, el nivel de robos en las comunidades rurales sigue siendo alto y continúa aumentando. Los agricultores, los productores, las empresas agrícolas y los propietarios de viviendas en zonas rurales solían sufrir robos ocasionales y oportunistas, pero ahora son el objetivo del crimen organizado, que sustrae equipos costosos, combustible y ganado.

Los equipos y vehículos agrícolas son cada vez más sofisticados, con costosos dispositivos GPS que, lamentablemente, se han convertido en un objetivo para los ladrones. Los propios vehículos se roban con infinidad de propósitos; el más habitual es su venta en el mercado negro tanto dentro como fuera del país, lo que es mucho más fácil en Europa continental al no existir controles fronterizos. Por ejemplo, en Italia, se ha informado de que grupos de delincuentes organizados roban vehículos para extorsionar a sus propietarios. Otro motivo por el que se roban equipos es para cometer otros crímenes, como el derribo de muros para acceder a edificios, el alunizaje en tiendas o la extracción de cajeros automáticos de las paredes.

En Reino Unido, la compañía de seguros NFU Mutual informó de un aumento del 25 % en el valor de los robos de vehículos agrícolas en 2018.

La maquinaria y los equipos no son el único objetivo, los animales de granja también son un botín para los ladrones. Se trata de un problema internacional que abarca desde el robo de un par de ovejas, terneros u otros animales a hurtos de bandas organizadas que sustraen camiones llenos de ganado, en algunos casos, de hasta 100 animales de una sola vez. Estos delitos son preocupantes y ponen en peligro el sustento de los agricultores.

Los daños son otro problema al que debe hacer frente el sector agrícola. Se han dado casos en los que activistas por los derechos de los animales invaden a la fuerza terrenos privados y dañan cultivos y equipos. Por ejemplo, el año pasado en Francia se registraron 1000 intrusiones por parte de activistas. En muchos países, las fuerzas policiales ayudan a la comunidad rural a identificar riesgos y poner en práctica medidas para aumentar la seguridad.

La detección de intrusiones en la propiedad y los terrenos donde se guarda el ganado es una de las medidas recomendadas para ayudar a prevenir los robos. OPTEX se complace en trabajar con una red de instaladores que diseñan sistemas de seguridad que emplean nuestros sensores para exteriores. Muchos aprovechan la flexibilidad de los sistemas inalámbricos, conectando nuestros PIR con pilas y barreras activas a los sistemas de alarma inalámbricos. Estos se pueden supervisar de forma automática o centralizada con la opción de enviar un equipo de seguridad al emplazamiento. Otros sistemas combinan sensores inalámbricos y sistemas de control de acceso para determinar si la persona o el vehículo que accede al terreno, la granja o el campo dispone de las credenciales correctas; de lo contrario, se activará una alarma.

En las ubicaciones en las que se pueda acceder a una fuente de alimentación, un sistema que combina nuestros sensores y cámaras exteriores proporciona la ventaja adicional de comprobar visualmente lo que está sucediendo en el emplazamiento. Nuestros sensores, diseñados para su uso en todo tipo de entornos exteriores, también se adaptan a la flora y la fauna para garantizar que se informe a los sistemas de seguridad de las intrusiones pertinentes y evitar molestas falsas alarmas.